De un tiempo acá, venimos observando, cada vez con mayor frecuencia, esquilados (arreglos) estéticos de perros de agua español.

Lamentablemente esta moda trata de introducirse, con el falso argumento de que ello no afecta a la identidad del perro de agua, y con el pretexto de que se compite en una exposición de belleza, siendo estos arreglos estéticos para elevar la belleza del perro, y lo hacen más competitivo a nivel de Grupo y en la final del BIS.

Nada más lejos de la realidad, y ello ¿por qué?. Pues porque el perro de agua español es, por esencia, como dice el Standard, un perro rústico.

Esa rusticidad es identitaria y constitutiva de su propia naturaleza, Y el elemento definitorio de esa rusticidad, no se la da tanto su estructura morfológica, como su capa de pelo lanoso. Es la rusticidad de su pelo la que le imprime el carácter rústico al perro.

Dicho esto, los arreglos estéticos, que como el estándar expresamente recoge, “bajo ningún concepto están permitidos”, sí atentan no solo la imagen, sino a la propia esencia rústica del Perro de Aguas Español.

El arreglo estético se hace, obviamente, sobre el pelo del perro, el elemento esencial de su imagen rústica. Se suaviza su tacto, y el pelo ya deja de tener la impronta áspera de su lanosidad originaria, el pelo se vuelve, pues, muy suave al tacto, como si fuera algodón, y ello da pie, seguidamente, en pos de la belleza competitiva, al torneado estético de todas las partes del cuerpo del perro, en detrimento evidente de la visión e imagen rústica del perro de agua.

Es en esa imagen rústica del perro, donde descansa su belleza, y no en su arreglo estético.

La Junta Directiva de la Asociación del Perro de Agua Español, atenta y vigilante al respecto riguroso a su estándar, entiende que esta deriva estética afecta muy negativamente a la propia esencia e imagen rústica del perro de agua, y, por tanto, recomienda a todos los criadores se abstengan de estas prácticas, y a los Jueces, en cumplimiento del estándar, lo pongan de manifiesto a expositores y criadores en general, para evitar, en este camino erróneo, llevar al Perro de Agua Español a la configuración de un perro insustancial, atípico y falto de su propia naturaleza e imagen de rusticidad, que es la que le ha hecho triunfar en todos los ámbitos cinófilos, tanto nacionales como internacionales.

No destruyamos pues, con estas modas estéticas, lo que la naturaleza ha tardado tantos años en construir, haciendo del perro de aguas una raza excepcional.

LA A.E.P.A.E. Octubre de 2013.